En tres fáciles lecciones: Cómo cercar un territorio en el campo de la terapia familiar

En un modo que en cierta medida nos recuerda lo ocurrido en los lejanos días del Far West, los pioneros de la Terapia Familiar tenían ante sus ojos un vasto campo; había sitio para todo el mundo y nadie mostraba mucha prisa por erigir cercos ni escriturar su parcela. La mayor parte de la energía se dedicaba a la exploración del nuevo campo a la lucha conjunta contra psiquiatras, psicólogos y otros trabajadores sociales de orientación individual y no familiar, quienes sentían, no sin razón, que su propio territorio se encontraba amenazado. Pero una vez establecido el campo y con el posterior crecimiento a pasos agigantados de la población, los terapeutas familiares comenzaron entre sí, arrojando desperdicios en el terreno del vecino, corriendo las vallas por la noche, remarcando el ganado, y cosas desagradables por el estilo (en cierta medida se podría establecer un parangón con lo que ocurre en las jaulas de ratas excesivamente pobladas). Por otra parte, parece que ese umbral crítico ya ha pasado. Así, pues, ha llegado la hora de revelar a toda l agente de buena voluntad tres estrategias secretas (no tan secretas) para llevar a cabo un cercado exitoso del territorio propio, practicado hasta ahora sólo por una minoría selecta.

Cercar una parcela de territorio en el campo de la terapia familiar al que Ud. pueda llamar su propio territorio, puede parecer a primera vista una tarea difícil. No tanto, no tanto. En este artículo Ud. encontrará instrucciones claras que, en el caso de ser fielmente seguidas, le permitirán, querido lector, conseguir rápidamente un fundo propio en este vasto territorio.

La pregunta de si al cercar un territorio se crea un límite artificial, antes que natural, que pueda llevar a aumentar la confusión, y no a aclarar dudas, no debe ser un impedimento. Si las primeras potencias mundiales y otras organizaciones poderosas muestran, sin descanso, una política de dominación por medio de establecer territorios artificiales, crear conflictos, aniquilar divergencias, etc., ¿por que Ud., mero individuo, debería rechazar tales estrategias?

Lección 1:

Cómo brillar con gloria ajena

Como primer movimiento Ud. debería autodeclararse experto en alguien. Para tal fin, familiarícese con las ideas y la vida de un mentor o guía atractivo, creativo, y excepcional –a quien llamaremos aquí dios (acrónimo de docto, infalible, oráculo sereno)1, de quien Ud. se propone convertirse en profeta2. Este dios debiera tener una cantidad apreciable de producciones –escritos, grabaciones, palimpsestos, jeroglíficos o conjuntos de testimonios equivalentes a los mencionados. Las palabras de este dios debieran ser lo suficientemente oscuras como para posibilitar múltiples interpretaciones que, dado el caso, pudieran ser tachadas de literales, si en realidad eran metafóricas, o de metafóricas si literales. Tal dios debería o estar muerto (no pierda la oportunidad de escribir in memoriam acerca de Ud. mismo y, de paso, acerca del finado), o bien residir muy lejos (especialmente si Ud. elige ser gurú por poder, estrategia que se discutirá más abajo) o al menos debería exhibir la aversión propia de los maestros Zen a comunicarse de una forma simple y llana (especialmente si Ud. opta por la estrategia profetizadora que se describirá en la Lección 2).

Una vez que Ud. se encuentra familiarizado con su dios, Ud. estará listo para alcanzar el estatus de guru por poder. Con el fin de dejar bien claro su condición de representante «por poder», Ud. debe de una forma consistente e implacable mencionarse a Ud. mismo y al dios como en un paquete en todas sus conferencias y escritos. Usted debe, por ejemplo, referirse a las cálidas e íntimas experiencias compartidas (independientemente de si vienen al caso o no, pues tienen el objeto de crear en el oyente/lector un efecto de fusión), acudiendo a la cita de comunicaciones personales entre Ud. y dios (sin detenerse a pensar en la insubstancialiciad de tales citas), o refiriéndose a él por su nombre de pila o apodo (como un método de connotar la intimidad que comparten), o simplemente por medio de la utilización del pronombre de primera persona plural que, de esta forma les incluye a Ud. y a dios, como si un eslabón casi místico existiera entre ustedes (lo cual añade un interesante efecto unión transmigracional en el caso de que dios ya estuviera muerto).

Ejercicio pare la lección 1. Vamos a poner que Ud. desea convertirse en un guru por poder de, digamos, Ludwig Wittgenstein. De ahora en adelante Ud. deberá decorar sus conferencias y escritos con frases como «Ludwig –Wittgenstein, por supuesto– me dijo muchas veces que…» o, «cuando me encontraba con Wittgenstein en su apartado retiro poco antes de su muerte me dijo de modo confidencial, mirándome con sus grandes e intensos ojos azules (¿o tal vez eran marrones?) que…», o «estoy seguro que Ludwig hubiera reaccionado con la misma pasión con la que yo lo estoy haciendo a la noción de …»; o, «era una clara intención de Wittgenstein el… y no la …».

Este estilo, cuando se le usa de forma apropiada, producirá en su oyente o lector la impresión de que Ludwig Wittgenstein y Ud. fueron camaradas inseparables hasta el momento en que el gran hombre exhaló su último suspiro. Aún más, utilizando una cierta habilidad literaria Ud. podrá transmitir el hecho de que usted es el heredero ideológico, designado directamente por el mismo Ludwig y que en cierto modo ambos todavía continúan intercambiando mensajes más allá de labarrera de la vida y la muerte.

Lección 2:

Cómo convertirse en guardián de los textos sagrados

La segunda estrategia posible, en buena parte complementaria a la que se acaba de describir, es la de conseguir el estatus de profeta traductor de los textos sagrados, para de esta forma convertirse en el intermediario entre la (oscura e infalible) verdad de dios y las (quizás ignorantes, pero desde luego anhelantes), masas. Permítaseme precisar algo más lo anterior: No se trata de que Ud. construya sus propias ideas a partir de los modelos generales de su dios (pudiendo ver más lejos al estar sentado sobre sus hombros, por decirlo de alguna manera). No, no se trata de eso, sino que lo que Ud. va a hacer es clarificar para el público lo que dios realmente dijo (él hablará por su boca). Como una fuente de inspiración Ud. puede dejarse guiar por el ejemplo de los eclesiásticos medievales, quienes recalcan sus derechos de propiedad y de representación de la palabra de Dios, estableciendo de esta forma una relación de inferioridad de los fieles para con Dios, y por ende con ellos mismos. No cabe duda que Ud. puede tener un momento de vacilación al recordar las horribles historias que haya leído acerca de la Inquisición, pero apresúrese a pensar en el poder y la gloria que ellos consiguieron.

Con el objeto de conseguir una talla adecuada de profeta, Ud. debería comenzar definiendo las fuentes de su sabiduría, a saber, la obra personal de dios, como demasiado complicada para el consumo directo de los humanos, e insistir en que sus propias (las de Ud.) palabras son la correcta (importante palabra, utilícela frecuentemente) traducción de las ideas de dios. Evidentemente, sus declaraciones deben ser por lo menos tan crípticas como las originales, pero Ud. debe difundirlas como si su claridad fuera obvia. Este estilo creará en su lector/oyente la sensación de que él es simplemente estúpido, mientras que Ud. es inusualmente brillante (puesto que Ud. considera sus crípticas afirmaciones como claras), asegurando aún más de esta forma el objetivo general de inducir una relación de inferioridad en sus oyentes/lectores. Usted puede incluso argumentar que dios es demasiado difícil de comprender, curándose de esta forma en salud, y no teniendo así que clarificar sus ideas, limitándose únicamente a divulgar las implicaciones que para las vidas de sus oyentes/lectores tienen las palabras dedios.

Ejercicio para la lección 2. Trate de incluir, en su próxima conferencia, una afirmación siguiendo las líneas generales del ejemplo que se da a continuación: «Voy a intentar explicar en términos comprensibles para todos algunos de los modelos básicos propuestos por Wittgenstein. No obstante, esta tarea requeriría, para hacer justicia a las complejas ideas de Ludwig, conocimientos avanzados de neurofisiología y Filosofía, lo cual por otra parte, excedería el tiempo del que se dispone en esta presentación. Estas ideas pueden ser expresadas en la fórmula: siempre y cuando z (una constante) permanezca por debajo del umbral. Lo que sigue es una visión de conjunto de todas las implicaciones que la aplicación de la fórmula de Wittgenstein tiene para la vida profesional del auditorio…».

Es normal que Ud. desee, llegado a este punto, escribir o hablar con un estilo autoritario (aunque el uso de algunas tretas de humildad tales como «en mi opinión», intercaladas en el discurso nunca hacen daño) y con una cierta abundancia de declaraciones de lo que es «correcto» y «apropiado». Esto tiene la ventaja adicional de transmitir una amenaza velada de excomunión para los que rehúsen adherirse al dogma.

Lección 3

Cómo construir un hombre de paja

Es aconsejable, por lo menos al principio, no lanzarse desaforadamente a una campaña de proselitismo, sino más bien ceñirse a un objetivo concreto –quizás una noción perfectamente establecida, incluso útil, de esas que tanto abundan en nuestro campo. Recuerdo que el ruido de batalla, independientemente de cuán inútil pueda ser, siempre atrae a las agencias noticiosas y asegura una buena cobertura informativa. Para proceder con sabiduría Ud. puede elegir el crear una falsa dicotomía conceptual (cualquier concepto puede ser dividido en dos, uno de ellos ser etiquetado como bueno o correcto –el que Ud. prefiere– y el otro como malo o incorrecto –el que Ud. rechaza–, y establecer una situación de «que se peleen entre ellos», lo cual sin duda le proporcionará a Ud. algún poder. Usted puede declarar, por ejemplo, que «los esfuerzos de los terapeutas estratégicos son miopes y banales, puesto que no tienen en cuenta lo que yo y Wittgenstein (comunicación personal) coincidíamos en llamar una dimensión epistáxica, imprescindible para una correcta perspectiva de la realidad multidimensional».

Aún mejor, Ud. podría encontrar una definición pobre, débil o restringida de un concepto-clave (una búsqueda bibliográfica exhaustiva le proporcionará una abundante cosecha de utilizaciones inexactas, limitadas e incluso estúpidas de muchos conceptos útiles) argumentando a continuación que ese uso ha sido el único utilizado por todos los autores. Acto seguido, basándose en el argumento de que el abuso desenfrenado ha contaminado el concepto clave más allá de toda redención posible, y en vez de sugerir un uso y definición apropiados para el término-clave, introduzca una nueva palabra de su propia cosecha, o en caso contrario impórtela de otro campo3.

Ejercicio para la lección 3. Añada una versión libre del siguiente parágrafo en su próximo artículo: «Como se ha mostrado más arriba, una revisión exhaustiva de la literatura demuestra que el concepto de límite ha sido desesperadamente contaminado por los usos equivocados previos de la palabra. Por lo tanto, yo propongo reemplazarlo por el término más claro y fresco de frontera, que yo defino como un conjunto de reglas interpersonales que regulan quién hace qué, cuándo, y a quién, tanto dentro de un sistema determinado como en sus relaciones con los niveles supra y sub-sistémicos».

Convincente, ¿eh? Pero por favor, querido lector, olvídelo. Es sólo un ejemplo, y su contenido se autodestruirá en su cabeza dentro de cinco segundos. No pasa nada con la noción de límite (si exceptuamos algunos usos limitados y equivocados por aquí y por allí); en realidad, he utilizado para la definición del término «frontera» una versión libre de la definición de «límite» hecha por Minuchin (o quizás, pensándomelo mejor, le puedo invitar a mi próxima conferencia: «Más allá de la noción de límite: hacia el concepto de frontera») 4.

Para finalizar, querría enfatizar: si Ud. está planeando seguir estas estrategias que he citado, no debería permitirse a sí mismo detenerse por la sospecha de que su dios, un pensador original sin lugar a dudas, haya escrito en su estilo peculiarmente oscuro no inintecionadamente, sino por elección. Absténgase de considerar la posibilidad de que el dios, siguiendo su método socrático –o Zen– de enseñanza, haya buscado provocar en sus lectores ideas intrigantes para crear dudas, como método para favorecer e inducir el pensamiento creativo, o para aumentar la flexibilidad y versatilidad de sus procesos cognitivos. Eliminando tales consideraciones Ud. evitará la peligrosa ciénaga de cuestionamientos éticos que pudieran minar su determinación a cercar su propio territorio en el campo de la terapia familiar. Para motivarle aún más, sólo imagine… su propio feudo, los blasones al viento, mostrando orgullosamente su escudo de armas, un campo magenta con dos leones en azur, y cruzándolo en diagonal su lema: vis primum, tum mores 5.

Notas

1 Y también, por pura casualidad, de denso, inalcanzable, obscuro, silogístico.

2 La elección de dios antes que diosa (docta, infalible, oráculo, serena, abstrusal) sigue convenciones literarias. En un principio diosa sería igualmente válido, aunque el todavía predominio del machismo de nuestra cultura aconseja el uso de dios, comparativamente menos controvertido.

3 Corregir la definición pudiera conllevar el riesgo de retención del término original antes que la adopción del que usted propone, reduciendo de esta forma su necesaria visibilidad. También se vería Ud. privado de las oportunidades altamente satisfactorias de renovar el clamor de la batalla donde quiera que sea mencionado el término clave. Además, Ud. tiene que proveer a sus potenciales seguidores de una contraseña que le permita reconocerse en una muchedumbre y en especial en la obscuridad.

4 Existe de hecho, una cuarta técnica conocida en el mercado como la Variación Korsakov (derivada del síntoma clave de la condición psiquiátrica llamada «Síndrome de Korsakov», que se caracteriza por amnesia y la producción de material confabulado para llenar las lagunas de memoria). Esta técnica se aplica por medio de la omisión sistemática, en todos los escritos y conferencias, de toda referencia, cualquiera que sea, a cualquier trabajo previo de cualquier autor. Esta política, en caso de ser aplicada implacablemente, no sólo generará en el lector/oyente la ilusión de su total originalidad –es decir que sus ideas son cosecha propia– sino que tiene una ventaja adicional, la de finalmente producir la misma creencia en usted mismo, especialmente si Ud. se lee o se escucha a sí mismo mucho.

Sin embargo, una advertencia: este método no es para principiantes sino para veteranos en el campo. Así, pues, cíñase a las tres lecciones discutidas en el texto y espere hasta ser famoso antes de intentar la Variación Korsakov.

5 Lo cual, traducido de modo aproximado del latín, significa «Primero violencia, ética después». El lector cultivado habrá caído en la cuenta de que este lema es una versión libre del argumento esgrimido por Maceta (más conocido luego como Mackie Navaja) para justificar sus múltiples delitos en la obra de Bertold Brecht: La ópera de tres centavos: «Primero comer, la ética después». En realidad un poco antes de su muerte, Bert me dijo, en confianza, que lo que él realmente quería decir era …

Sobre el autor:

El Dr. Carlos E. Sluzki es Jefe del Departamento de Psiquiatría, Berkshire Medical Center, Pittsfield, MA 01201 USA. Profesor en Psiquiatría, Escuela de Medicina, Universidad de Massachusetts

Traducción del artículo de C. E. Sluzki: «How to Stake Territory in the Field of Family Therapy in Three Easy Lessons», Journal of Marital and Family Therapy, July 1983, Vol. 9, Nro. 3:235-236.

Traducción realizada por Emilio Gutiérrez y Jesús Salgado. 

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