Chau, nos vemos
En este último número de Perspectivas Sistémicas, con un número especial de 32 páginas, nos despedimos regalándote, regalándonos, querido/a lector/a, una edición especial, de colección, con la presencia de Humberto Maturana y sus conversaciones liberadoras junto a Ximena Dávila; compartiendo las trayectorias terapéuticas de la verguenza y la humillación guiados por el querido maestro Carlos Sluzki; con Juan Linares y su conocimiento del maltrato psicológico y Marcelo Ceberio y su libertad terapéutica y elogio de la locura; y también con Jacinto Inbar, especialista internacional en resiliencia y la enorme experiencia clínica de Celia Falicov con las familias transnacionales. Un lujo ¿no es cierto?
Para seguirla en Perspectivas Sistémicas On Line, la Red Sistémica: www.redsistemica.com.ar , nuestra nueva casa a partir de ahora. La mía. La tuya. La nuestra lector/a.
Dicho esto, doy paso a los agradecimientos sin fin. A Gabriel Naistat, con quien compartí la creación y los 12 primeros números de la publicación, el sueño hecho realidad. Luego, los agradecimientos a los consejos profesionales y a la confianza que siempre recordaré de Hugo Hirsch, Carlos Sluzki, Celia Elzufán, Pedro y Cecile Herscovici, Carlos Díaz Usandivaras, María Rosa Glasserman, Adolfo Loketek, Cristina Ravazzola y Gastón Mazieres, Dora Schnitman, Wanda Santi, Ana Giller entre otros, pioneros de la terapia familiar sistémica en Argentina que publicitaron en el primer número y creyeron en mí. A Alfredo Canevaro, director de la revista Terapia Familiar, quién me transmitió aspectos claves de su experiencia como editor. A un amigo y colega argentino-israelí, Jacinto Inbar, que me brindó su apoyo desde el principio y continuó participando durante toda la travesía. Y también, en sus visitas a la Argentina y desde Europa, conté con Amilcar Ciola y Reynaldo y Liliana Perrone. A ellos se sumaron prestigiosos profesionales como Laura Caldiz y León Gindin, Adela García, Coco Fuks, Lino Guevara y Enrique Escot, Jorge Fernández Moya, Mario Tisminetsky, Omar Biscotti y Alicia Salituri, Regina Sprachman de Hubscher, Isabel Boschi, Silvina Lichtman, Arielle Cotton y Silvia Jajam, Sara Piedrabuena, Coqui Casabianca, muchos de los cuales apoyaron diciendo presente en todos los números y espero que continúen con nosotros on line.
Y por supuesto, a los maestros y maestras cognitivos que estuvieron desde el comienzo y para siempre, Sara Baringoltz, Diana Kirszman y Héctor Fernández Álvarez. Y a todos los colegas auspiciantes, asesores científicos, autores de artículos, entrevistados y colaboradores que estuvieron o aún permanecen en las páginas de Perspectivas. Gracias a todos y a cada uno.
Del staff fundador, destaco en primer lugar, al editor científico asociado, colega y amigo, Marcelo Ceberio, protagonista desde el primer número y miembro del denominado «grupo de Perspectivas», colegas con quienes introdujimos y coordinamos materias sistémicas en la UBA, en la Universidad Kennedy, en el Instituto de Drogadependencia de la Universidad del Salvador. Grupo que creó institutos de formación y asistencia de clínica sistémica y que escribió y editó un libro que lleva tres ediciones y ha recorrido innumerables ámbitos de aprendizaje, primero con el título de «Clínica del Cambio» y en su tercer edición revisada se titula «Teoría y Técnicas de la Psicoterapia Sistémica». A los otros integrantes de aquel grupo seminal: Héctor Label, actual presidente de ASIBA; Jorge Moreno, actual director de la revista Sistemas Familiares y Martín Wainstein, ambos conspicuos representantes de esta 2ª generación de psicoterapeutas y formadores sistémicos.
Más adelante se sumó, aportando colaboración científica y apoyo incondicional, otro colega y amigo, Horacio Serebrinsky.
Gracias a Marcelo Pakman, quién estuvo desde el principio con su inteligencia y su solidaridad y así continúa hasta el día de hoy.
Dos menciones especiales, una para una estimada colega platense que difundió el periódico en la ciudad de La Plata, Norma Beninati; y la otra, para el actual secretario científico, embajador de Perspectivas en Córdoba desde el nacimiento de la misma, Willy Visotsky, amigo, colaborador sin igual, vendedor sin par que aún no me perdona que cerremos la etapa gráfica pero ya se comprometió para la etapa on line.
Tampoco olvidaré el estímulo y la ayuda profesional de Juan Carlos Kreimer, ex director fundador de la revista Uno Mismo, ni el honor de haber editado dos números especiales auspiciados por la Secretaría de Drogadependencia de la provincia de Buenos Aires, junto al ex director de la misma, mi amigo y respetado colega, Juan Alberto Yaría.
A quienes me acompañaron en la campaña de artículos que fueron al rescate de la importancia del padre varón, Ricardo Chouhy y Sergio Sinay y a este último, reconocido autor y presentador internacional, por contar siempre con su cálida e inteligente amistad.
De los estimados maestros extranjeros, muchos de ellos me brindaron su calidad profesional y humana y sus artículos, como los siempre generosos Mony Elkaim y Maurizio Andolfi y los amigos y prestigiosos colegas españoles, Juan Luis Linares, Roberto Pereira y Javier Ortega, entre los principales, quienes apoyaron profesionalmente y afectivamente a nuestra publicación en todo momento.
Y a todos los colegas latinoamericanos suscriptores y directores de institutos y asociaciones que nos acompañaron, participaron y nos recibieron en sus respectivos países como en nuestro propio hogar.
Gracias a Rubén Schussel, quién coordinó y armó todo lo referente a la Web, ayudándome a crear la Red Sistémica y aportando ideas y esfuerzo al periódico; a los dibujos inigualables del talentoso Alberto Juan (con quién creamos el espacio de Sistemicómicas), por sus ilustraciones y algunos diseños de tapa y a quién lo sucedió, aportando geniales fotomontajes, dibujos y diseños de tapa, el joven y talentoso Pablo Kernellevich. A nuestra paciente y eficiente diseñadora gráfica de años, Liliana Manrique. A nuestro distribuidor, Juan José Montero. A todo el equipo de Artes Gráficas Buschi, por su profesionalidad y su calidad humana
A Memo Roccatagliata, mi padre, por su apoyo total. A mis hijos Adrián y Daniel por su mera existencia y mucho más. Una vez más a Ruth, ser inteligente y amoroso, mi esposa, madre de mis hijos, co-editora, médica, a mi lado siempre, en todo.
Y una vez más a vos lector/a, porque nuestra sinapsis constituyó el vínculo amoroso que le otorgó sentido a este sistema, a esta ecología de ideas y prácticas terapéuticas. Con el afecto y la consideración de siempre, me despido, nos despedimos de ti, de vos lector/a.
Claudio Des Champs