Errores y dilemas en el trabajo con adolescentes 

Fragmento

En el trabajo con enfoque sistémico, como en toda tarea terapéutica, tenemos una epistemología que nos sustenta, que avala nuestras acciones o, por lo menos, se trasluce en ellas. De dicho referente teórico se desprenden los recursos técnicos; pero además, y principalmente, se desprende una manera de actuar, de intervenir con los consultantes, una manera de «ser terapeuta» que está sesgada, por un lado, por lo que cada teoría «permite» y, por otro lado, por el «estilo» de cada terapeuta.

Si somos fieles al referente teórico y diestros en la instrumentación de recursos; si somos claros en nuestras ideas y responsables en nuestra formación; si somos dúctiles con nuestra persona y humildes ante que arrogantes: es probable que no cometamos demasiados errores y podamos entrar y salir de los dilemas airosamente. Más aún: fortalecidos.

De «errores y «disyuntivas»

Cuando trabajo con temáticas de adolescentes –un tercio de mis consultas- lo hago con dos sistemas fundamentalmente: el adolescente mismo y su familia. 

Buscando la definición de «error» en el diccionario, encontré dos acepciones, a mi manera de ver, estrechamente ligadas. Una: «concepto equivocado o juicio falso» y la otra. «acción desacertada o equivocada». Ligadas porque: un concepto equivocado lleva a una acción desacertada. Pero, ¿cómo defino el concepto de «equivocado»?. Una manera que se me ocurre: porque la acción que impulsa es desacertada. ¿Y por qué podría serlo?: porque no se logra el fin buscado.

En las consultas por adolescentes de clase media en Buenos Aires, las familias concurren habitualmente con una alta percepción de «fracaso», sobre todo en el nivel parental, que suele llevarlos a preguntarse: 

«¿Qué error cometimos?». El error está definido por los resultados: este hijo no es como/ni lo que deseamos que sea, o peor aún: no es feliz. Habitualmente hay concepciones de lo que es ser buen padre, que llevan a acciones » desacertadas», pero que se siguen repitiendo porque, desde lo que se «debe ser», es lo que «deben hacer » los buenos padres hoy.

Por otro lado, el adolescente suele tener una visión mucho menos trágica de la situación, no considerándose parte de ningún error de programación ni mucho menos, de sí mismo. ¿»Todo bien»?, «Todo bien». Todo. Absolutamente TODO.

Pero para los padres: TODO mal. Los terapeutas sistémicos tenemos la costumbre de leer la construcción relacional de esas definiciones.

Y entonces, ante una consulta así: ¿cuáles podrían ser caminos que nos llevaran al error?. Algunos:

  • Creernos ambas versiones por separado o no creernos ninguna.
  • Creernos «expertos» ante padres «inexpertos» o creernos «inexpertos» ante padres «muy expertos».
  • Reforzar la incapacidad de los padres o del adolescente.
  • Focalizar sólo en el problema o sólo en las soluciones.
  • No construir esperanzas o construirlas irrealizables.
  • Desesperarnos o desinteresarnos.
  • Olvidarnos del referente teórico o estar prisionero de él.
  • Ver todo como «relacional» o ver todo «desde el sujeto».
  • Adjudicar todo al contexto u olvidarnos que existe.
  • Reducir mucho el sistema o ampliarlo demasiado.
  • Unirse demasiado a la familia o quedarse demasiado distante.
  • Sobredimensionar el problema o desestimarlo.
  • Olvidarnos de los sentimientos o hacerlos permanente centro de nuestro interés.
  • Privilegiar siempre el hacer o dejarlo de lado.
  • No tener certezas o tener demasiadas. (Y, seguramente, muchísimas más).

Revisando esta lista, pienso que el camino al error, es un camino de opciones extremas. Por lo menos, uno de los caminos posibles; seguramente no el único.

Los terapeutas sistémicos entendemos el diagnóstico como la respuesta del sistema a las intervenciones. De acuerdo con esto, un error no estaría definido a priori como tal, sino por el feed back en respuesta al accionar terapéutico.

Entonces ¿cuáles respuestas serían indicadoras de un error?. Se me ocurren algunas…

Notas

(*) El Dr. Biscotti es médico, terapeuta familiar y co- director de ISDEBA. 

(Lea el texto completo en Perspectivas Sistémicas Nº 89 en kioscos, librerías o por suscripción).

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