Publicado en el número especial 94/5
Fragmento
Celia Falicov emigró desde Argentina a los Estados Unidos, donde se ha destacado por su trabajo en tópicos de migración y transformaciones de la familia. Ha escrito numerosos artículos sobre variaciones culturales y familia, transiciones del ciclo de vida y sobre el entrenamiento de terapeutas de familia. Coordinadora de dos libros: «Cultural Perspectives in Family Therapy (Aspen, 1983) y Transiciones de la Familia: Continuidad y Cambio en el Ciclo de Vida (Amorrortu, 1990). Autora del libro : Latino Families in Therapy: A Guide to Multicultural Practice (Guilford, 1998). Publicó el artículo «Migración, Pérdida Ambigua y Rituales» en Perspectivas Sistémicas Nº 69, Noviembre- Febrero 2000/1.Ha recibido premios de varias organizaciones académicas por estas contribuciones a la Teoría y la Práctica de la Terapia Familiar.
«…Las limitaciones y las posibilidades de la globalización han afectado a todos los países del mundo. Grandes números de gente se mueven de un país a otro, de una ciudad a otra, y del campo a la ciudad. Las migraciones han contribuido a la emergencia de nuevas formas de familias, familias transnacionales, que viven literalmente en un lado y en otro, fragmentadas, sufriendo desventajas, y también ventajas, tanto para aquellos miembros de la familia que se van como para los que se quedan en el país de origen. Estos últimos, inmigrantes por carácter transitivo muchas veces van a consulta pero como no se han ido, no necesariamente mencionan las pérdidas y por lo tanto, los terapeutas no piensan frecuentemente que los síntomas presentados pueden estar relacionados con los cambios ocasionados por la partida de seres allegados. Una familia donde un hijo, una hermana o un sobrino se ha ido a un país lejano, donde la cotidianeidad está alterada, para algunas partes de la familia nuclear o para la familia trigeneracional, entra dentro de la definición de familia transcultural…»
Migración, pérdida ambigua y rituales
La migración es una experiencia que no pertenece únicamente a los que dejan su país natal. Entre los protagonistas afectados por la «saga migratoria» se incluyen aquellos que se quedan, los que se van y los que van y vienen. Podría agregarse aquí también a aquellos parientes que partieron antes y se encuentran esperando en el país anfitrión; e incluso a los miembros de la cultura receptora, quienes deben lidiar con el arribo de inmigrantes. Todos juntos conforman un sistema interconectado que se parece cada vez más a una familia «a distancia» . Una narrativa migratoria necesariamente debe prestar atención a la compleja interacción entre todos estos actores tal como ocurre en el momento presente, más que atender solamente a cómo eran cuando el inmigrante dejó su hogar.
Para nuestros propósitos, la primer cuestión a tener en cuenta son las estresantes separaciones y los alegres, aunque también estresantes, reencuentros. Estos pueden implicar dejar atrás a las generaciones mayores y que se produzcan separaciones en el centro de la familia nuclear, por ejemplo cuando el padre parte primero y la madre se re-organiza en una familia mono-parental, o cuando la madre parte y los hijos quedan al cuidado de madres sustitutas e incluso cuando uno o más hijos parten para reunirse con sus padres. Observando a esta totalidad en movimiento puede verse que no se trata simplemente de una sola persona o de una sola familia aislada que emigra, sino más bien de un grupo numeroso que, aunque dividido entre países, mantiene una conexión regular y significativa de distintas maneras.
Definición de «TRansnacionalismo»
A diferencia de los inmigrantes de otras épocas, los inmigrantes modernos pueden ser pensados como «transnacionales» porque mantienen conexiones múltiples con sus países y familias de origen, utilizando tecnologías modernas de la comunicación, tal como teléfonos, correo electrónico, envíos de dinero y otros bienes.
En el reino de los dilemas y el sufrimiento humano, puede verse que los problemas o síntomas que siguen a la emigración pueden aparecer en cualquiera de los miembros de la familia en cualquiera de los países; y que pueden surgir al momento de la partida, posteriormente o en el momento del reencuentro de los miembros separados.
Las modalidades de migración han cambiado también. En el pasado, la inmigración hacia los Estados Unidos en las familias inmigrantes pobres, mostraba como patrón que era el hombre el primero en partir y, una vez establecido, su esposa e hijos se reunían con él en el nuevo país. Este movimiento en etapas se ha modificado en el presente con el aumento de las oportunidades laborales para las mujeres. Un gran número de ellas emigran solas, dejando a sus hijos en su país de origen y reuniéndose con ellos años después.
Si la característica del transnacionalismo es vivir en dos lugares y expandir y conectar un amplio campo social, un ejemplo típico de trasnacionalismo es la desconexión o conexión entre países que se da en la díada madre-hijos separados. El costo para la vida familiar puede ser muy significativo y se retomará el tema de los riesgos y resiliencia de estas relaciones a distancia, pero primero es necesario hacer unos comentarios generales acerca de las implicaciones del «transnacionalismo» en oposición al concepto tradicional de «migración» para el trabajo terapéutico con las poblaciones inmigrantes y su descendencia.
La teoría de la aculturación partió del supuesto de una eventual asimilación como objetivo del inmigrante en una sociedad pluralista. La mayoría de los terapeutas juzgaron el proceso como lineal. En realidad, la aculturación actual es mucho más impredecible.
En el caso de las personas que llegan a los Estados Unidos, el hecho de que cada vez menos abandonen su idioma hace que saber inglés ya no sea equivalente a convertirse en norteamericano. Los ‘transnacionales’ además, se mantienen informados sobre los acontecimientos en sus propias naciones y regresan a ellas tantas veces como pueden. No idealizan ni menosprecian sus países tal como lo hicieron sus abuelos. También llevan a los Estados Unidos a sus países latinoamericanos, importando nuevas ideas y mercancías, a veces en detrimento de sus propios pueblos (las pandillas o ‘maras’ son un ejemplo de esto).
Pertenecer a dos culturas o ser bilingüe ya no depende de vivir muchos años en un país ya que el idioma y los valores pueden manifestarse y alternar dependiendo del contexto. Puede haber cambios con respecto a la identidad de la segunda generación también, ya que el conflicto generacional tiende a disminuir junto con la creación de un hogar híbrido, en el cual los padres no se ponen a la defensiva acerca de su propia cultura y los hijos respetan la cultura nativa de sus padres, representada en esa familia.
Separaciones
«Al comienzo de este año asistí a la fiesta de cumpleaños de Elián González, en la ciudad de Cárdena en Cuba. En realidad no estaba invitado a su noveno cumpleaños. Casualmente estaba en Cuba en ese momento y pude ver a cientos de abuelas que se unieron a Fidel Castro para regalarle a Elián la torta de cumpleaños más grande que yo haya visto. Era como si toda Cuba fuera una abuela. Tal vez recuerden que el caso de Elián González produjo un furor internacional cuando fue encontrado flotando, cual Moisés moderno, sobre un neumático en el Océano Atlántico. Era el único sobreviviente de un cruce ilegal al que su madre, junto a otras personas, se había lanzado para escapar desde Cuba a Miami. Cuando fue llevado a esa ciudad, sus parientes maternos, quienes habían emigrado a los Estados Unidos veinte años antes, quisieron adoptarlo; mientras que su padre biológico y dos abuelas, que habían quedado en Cuba, demandaban su regreso».
El conflicto entre ambas partes de la familia y el simbolismo acerca de dónde pertenecía el niño, nacional y emocionalmente, fue exagerado por el hecho de que los inmigrantes cubanos en Miami no pueden regresar a su país y por eso desarrollan un gran dolor continuo que hará que se aferren a cualquier trozo de Cuba que puedan conservar, en este caso un niño. Esta división histórica y política entre la Pequeña Habana en Miami y la Habana verdadera, sin duda agiganta esta disputa familiar. Sin embargo, dilemas similares acerca de la pertenencia aparecen, aunque de manera menos pública o dramática, como uno de los problemas que encuentran los clínicos en las familias transnacionales que se separan y vuelven a encontrarse.
Los antiguos inmigrantes muchas veces cortaban los lazos familiares y perdían gradualmente su idioma y cultura en el proceso de asimilación. A diferencia de aquellos, los inmigrantes de nuestros días son llamados nuevos inmigrantes o ‘transmigrantes’ ya que son capaces de sostener dos idiomas y dos culturas nacionales. Sus contactos sociales y familiares y su lengua a menudo se mantienen vivos y continúan evolucionando, a veces durante toda la vida. Sin embargo, las familias transnacionales no son iguales a aquellas que comparten su vida in situ. Conforman, de alguna manera, un nuevo tipo de familia, que representa desafíos tanto teóricos como terapéuticos (Falicov, 2007).
La intención de este trabajo es abrir el debate acerca de los riesgos y la capacidad de resiliencia de este tipo de relaciones a distancia, así como sugerir formas de conceptualizar las separaciones y reencuentros, particularmente entre madres e hijos, de manera que puedan ser útiles para la prevención y las intervenciones. Los comentarios estarán basados principalmente en el trabajo con personas que han emigrado por cuestiones económicas al oeste de los Estados Unidos. No obstante, algunas generalizaciones pueden ser aplicadas a otros contextos. Cuando sea posible se hará referencia a la emigración forzada ya sea por guerras o persecuciones políticas, ya que estos casos también implican la disgregación de familias.
Motivos para la separación
Observemos por un momento las razones por las cuales algunos padres se separan de sus hijos…
NOTAS
* Celia Jaes Falicov: Doctorado en Psicología. Profesora Clínica, Departamento de Psiquiatría, Universidad de California, San Diego. Vicepresidenta, Comisión Directiva de la revista Family Process. Presidenta (1999-2001) de AFTA, la Academia Americana de Terapia Familiar. Profesora Visitante, Tavistock Clinic, Londres, 2001-2003. Asesora Científica en el exterior de Perspectivas Sistémicas.
Tradujo: Lic. Virginia Sbuttoni E-mail: vir_sbuttoni@hotmail.com
(Lea el texto completo en Perspectivas Sistémicas Nº 94/95 en kioscos y librerías, o consígalo llamando al: (5411) 4831-0400 )