Terapia Sistémica: La madurez profesional de una aventura intelectual 

Fragmento

Respondiendo al pedido de dar mi perspectiva acerca de la evolución de la terapia sistémica en los Estados Unidos, lejos de tratar de hacer un mapa exhaustivo, conceptual o de otro tipo del territorio de la terapia sistémica, que describa las escuelas y tendencias, voy a mencionar algunos desarrollos que, en mi opinión, han cambiado significativamente la forma en la que se practica y enseña la terapia sistémica en los Estados Unidos. Huelga decirlo, estos cambios están intrínsecamente relacionados con los cambios contextuales en el campo de la salud mental que barrieron la arena profesional de la década de 1990 y los primeros años del siglo XXI. No voy a jactarme de que mis opiniones sean integrales y exhaustivas. Sin embargo, son las perspectivas sesgadas de un profesional que ha estado sumamente involucrado en estos desarrollos.

Voy a enfocar principalmente al campo de la terapia familiar, que tradicionalmente, ha sido el pilar del desarrollo de la terapia sistémica desde sus comienzos hace medio siglo. La consultoría organizacional y la mediación han sido otras áreas de aplicación del pensamiento sistémico y se han desarrollado significativamente bajo el impacto de los cambios que voy a explorar en este artículo, pero no son mis principales áreas de práctica y no me voy a ocupar de ellas. Sin embargo, bajo la denominación de terapia familiar, voy a incluir las intervenciones sistémicas en el campo mental tanto a nivel de la atención clínica directa como a nivel del desarrollo de políticas de salud en la comunidad, áreas que evolucionaron junto con la terapia familiar y que también son parte de mi práctica profesional.

El fin de los maestros/Gurúes

Nacida como una aventura intelectual, al margen de la entonces dominante perspectiva psicodinámica, la terapia sistémica, al principio, se involucró en prácticas que abordaban los casos más desafiantes de la salud mental: psicosis, anorexia, conductas delictivas y oposicionistas en adolescentes, etc. Los fundadores de este nuevo campo, por falta de un lenguaje adecuado que describiera esos estudios iniciales, mostraron su práctica real a otros y el espejo unidireccional se convirtió rápidamente en un instrumento de una transparencia previamente desconocida en el campo. La pericia dejó de ser entendida como la habilidad para conceptualizar los casos clínicos y pasó a ser la habilidad para guiar en la practica las difíciles sesiones en las que las familias comenzaban a ser incorporadas para hacer una diferencia en situaciones que habían sido, hasta entonces remisas al cambio. Aunque las teorías se desarrollaron rápidamente, el conocimiento acerca de cómo guiar las sesiones siguió siendo una parte esencial del entrenamiento en terapia sistémica familiar y el campo, aunque nacido en la heterodoxia, no pudo prescindir de sus maestros, que a veces asumieron la proporción de gurúes.

Pero las décadas no pasaron en vano en este aspecto. En los Estados Unidos al menos, los grandes maestros de la terapia familiar están en retroceso en parte porque la terapia familiar no es la nueva gran moda en un país en que las nuevas tendencias surgen y caen rápidamente, aunque también hubo otras causas. La dinámica de seguir a un Maestro evolucionó en una época en la que, a pesar del supuestamente irreverente espíritu de la década de 1960, el sabor autoritario de las interacciones seguía siendo bastante dominante. Las prácticas patriarcales, que han sido desde entonces criticadas por el movimiento feminista que estaba dentro del campo, fueron claramente también parte de la ecuación. 

Desde ese momento, el autoritarismo se volvió inaceptable en instituciones educativas, los movimientos por los derechos civiles trabajaron para consolidar la posición de las minorías, las mujeres ganaron mayor igualdad en todos los niveles de la práctica profesional y los profesores son ahora raramente tratados con el respeto mistificador que no dejaba que los alumnos o los jóvenes profesionales los cuestionaran, y estos piden más transparencia y que revelen los «secretos» que los hacen expertos en el campo. 

NOTAS

(*) Marcelo Pakman, MD, es Director de los Servicios Psiquiátricos de Behavioral Health Network, Springfield, Massachusetts y Profesor Adjunto del Departamento de Ciencias Sociales Aplicadas de la Universidad Politecnica de Hong-Kong.

(Lea el texto completo en Perspectivas Sistémicas Nº 90 en kioscos, librerías o por suscripción).

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