Violencia filio-parental: un fenómeno emergente

Este trabajo fue presentado en las 2as Jornadas Relates (Red Ibero-Latinoamericana de Escuelas Sistémicas), llevado a cabo en Junio del corriente en el Hospital Sant Pau de Barcelona. El mismo artículo formará parte del nº Monográfico de la revista Mosaico (Revista de la Federación Española de Asociaciones de Terapia Familiar) sobre violencia que aparecerá en marzo del 2007. Las próximas Jornadas Relates se llevarán a cabo del 4 al 6 de Julio del 2007 en Buenos Aires y serán organizadas por ESA ( Escuela Sistémica Argentina). 

Introducción

Los lectores habituales de la prensa a buen seguro que se sorprendieron a finales de 2005 con la lectura de lo que parecía un nuevo y preocupante fenómeno social: la violencia filio-parental.

Las memorias judiciales del citado año recogían espectaculares incrementos en las denuncias interpuestas por padres supuestamente agredidos por sus hijos: 5.500 denuncias en 2005 en España (Memoria de la Fiscalía General), denuncias que se habían multiplicado por 8 en los últimos 4 años (Fiscalía de Cataluña), por 4 en los mismos años (Fiscalía del País Vasco) o por 3 en los últimos 2 años (Fiscalía del País Valenciano).

A estas cifras pronto se unieron artículos-reportajes, con titulares como «Tiene 7 años y ya es maltratador» (Suplemento de El Mundo del 12/12/05), «Cuando el hijo pega al padre» (El País, 30/10/05) o «Matar por diversión» (El Semanal, 08/01/06).

A pesar de estos titulares, en general la visión transmitida por la prensa era bastante moderada, y únicamente ponía el acento en el crecimiento exponencial de los últimos años y en la corta edad de algunos casos denunciados.

Ahora bien, ¿estamos ante un nuevo fenómeno? En parte sí, y en parte no. La violencia filio-parental ha existido siempre, aunque rara vez salía a la luz, y en general se vinculaba con patología psiquiátrica o extrema maldad: trastornos delirantes y/o alucinatorios, deficiencia mental o autismo, síndrome de abstinencia en toxicómanos o estructuras de personalidad muy psicopáticas.

Lo que resulta absolutamente novedoso es su emergencia pública –en forma de denuncias judiciales-, su incremento espectacular y sobre todo la aparición en familias muchas de ellas «normalizadas», en las que los hijos violentos no presentan una psicopatología previa asociada, ni tienen antecedentes delictivos, ni muestran conductas disociales en otro contexto distinto a la familia: es decir, que resultan con frecuencia adolescentes y/o jóvenes etiquetados hasta ese momento como «normales».

Definición

Definimos esta violencia filio-parental, como las conductas reiteradas de violencia física (agresiones, golpes, empujones, arrojar objetos), verbal (insultos repetidos, amenazas) o no verbal (gestos amenazadores, ruptura de objetos apreciados) dirigida a los padres o a los adultos que ocupan su lugar.

Se descartan entonces violencia aislada (un único episodio), la vinculada a trastornos mentales o consumo de tóxicos, y el parricidio, todas ellas evidentemente conductas violentas, pero con unas características que las distinguen de este tipo de violencia…

NOTAS

(*) Roberto Pereira Tercero. Director del Centro de Intervención en Violencia Filio-Parental. Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar.

(**) Tatiana Pérez García. Terapeuta del Centro de Intervención en Violencia Filio-Parental. Escuela Vasco-Navarra de Terapia Familiar. 

Euskarri: euskarri@avntf-evntf.com

(Lea el texto completo en Perspectivas Sistémicas Nº 92 en kioscos, librerías o por suscripción).

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