De la oposición al interés en común
«El fracaso en la creación de un marco ideológico para la unión ayudó a producir lo que Ernesto Sábato llamó una sociedad de opositores, tan interesada en humillar al otro como en desarrollar una nación viable unida por el consenso y el compromiso.» .
N. Shumway, «La Invención de la Argentina»
Esta ficción orientadora en términos del historiador norteamericano, Nicolás Shumway, ha generado, entre otros factores, una disposición a construir de igual intensidad que una tendencia a oponerse a propuestas ajenas. En su reciente visita a la Argentina, el querido maestro, Carlos Sluzki, nos dejó ejemplos históricos y una intervención en un debate de ideas que generan actitudes muy diferentes. Primero recordó el artículo de Bateson sobre las consecuencias del tratado de Versailles en la que se buscó humillar al enemigo vencido sembrando en consecuencia una semilla de venganza que todos sabemos como germinó cuando se dieron ciertas condiciones de contexto. Por otro lado, nos recordó el ejemplo de Finlandia cuyo pueblo eligió en determinado momento de su historia, la opción de transitar graves penurias económicas pagando una enorme deuda de posguerra para preservar su independencia y su dignidad como nación. Las acciones y emociones que pueden generar el afán de venganza alemana por un lado y la preservación de la dignidad finlandesa por el otro, son muy diferentes. Durante este encuentro y frente a un intercambio de ideas cargado de un fuerte contenido emocional, disfruté observando la forma en la que el Dr. Sluzki calificó los distintos pensamientos y como logró integrar expresiones muy diferentes, mostrando la riqueza de las distintas voces y puntos de vista y la posibilidad de pensar incluyendo sin necesidad de rechazar lo diferente solo por ser diferente. También podríamos citar el más reciente pacto de la Moncloa español o decisiones semejantes que transforman el juego sin fin del odio o la oposición hostil, por la energía amorosa de la cooperación para un mayor bienestar colectivo, uniéndonos para construir y/ o ayudar.
El artículo de Marco Vanotti revela la presión inhumana ejercida contra el ser humano para que produzca y tenga «éxito» y solo pueda detenerse y ser asistido cuando enferma y se «deprime». El escrito de Emili Ricci, nos recuerda la importancia del reencuentro, cuando es posible, con aquellos vínculos que en algún momento de nuestro ciclo vital quedaron truncados, compartiendo una importante vivencia personal y reflexionando conceptualmente sobre la misma.
Hablando de experiencias que aúnan conceptos teóricos, intervenciones clínicas y sentimientos solidarios, la idea e impulso del Lic. Horacio Serebrinsky, llevada a cabo por miembros de un equipo interdisciplinario de la Escuela Sistémica Argentina y relatada por el Dr. Marcelo Ceberio y la Lic. Eliana Durand, describe una valiosa experiencia de aplicación de las ideas y de la práctica sistémica en un contexto especialmente afectado por la crisis actual.
Por último, como idea de una propuesta sistémica innovadora y de pensamiento inclusivo, quiero mencionar a la «Jornada de Salud Integral» dirigida por la lic. Susi Reich, presidenta de la Fundación Tercer Milenio. El exitoso encuentro propuso l a desafiante integración de calificados representantes de la medicina alopática, de las llamadas medicinas complementarias y de la activa participación de los pacientes en el proceso de mejorar su salud.
También felicito a la Asociación Sistémica de Bs. As. por el clima relacional de escucha y reflexión de la jornada científica de cierre.
Que el próximo año, querido/a lector/a, sea el de experiencias de integración en la diversidad, conectándonos con la idea de juntarnos para apoyarnos, realizar y disfrutar en compañía.
Los mejores deseos para todos y cada uno.
Hasta el año que viene,
Claudio Des Champs