La importancia de poder expresarse. La historia y el relato de la historia en la relación terapéutica 

Fragmento

Según Gregory Bateson, la relación entre los humanos se basa en una historia que se comparte. Sin embargo, en una relación viva, la historia de la relación evoluciona continuamente a lo largo del tiempo y se narra también de múltiples maneras. Si el relato se vuelve estereotipado, es porque ha perdido contacto con el sustrato subconsciente de la historia y la relación se ve gravemente amenazada. Este artículo hace hincapié en la importancia de ciertos métodos analógicos que rastrean la historia original en el nivel sensorial y preverbal, permitiendo así que, si todavía es posible, revivan el relato y la relación.

Palabras clave: relación – relato – absolutos cognitivos – métodos analógicos – coevolución

«Sin duda, lo que acariciamos y estrechamos en nuestros brazos es lo que hemos encontrado, pero lo que descubrimos ahí lo hemos construido nosotros.»

Cees Nooteboom (Philip en de anderen)

Existir ante el otro es poder narrarse

Nuestro punto de partida será que toda relación existe y se m antiene únicamente a través de la construcción de un relato. Pertenecer a una familia es participar, tanto a través del discurso como del comportamiento, en el relato que tal familia elabora de sí misma. Constituir una pareja es construir, en connivencia con otra persona, el relato de una pareja. Este estado de cosas se aplica igualmente a la relación que mantenemos con nosotros mismos. Para existir en tanto que individuos portadores de experiencias pasadas y de proyectos futuros, nos narramos continuamente a nosotros mismos con palabras. Es interesante que Jean-Paul Sartre eligiese justamente Las palabras como título de su autobiografía (Sartre, 1994).

No es una afirmación innovadora la que pone de manifiesto que lo que habitua lmente consideramos como una descripción fiel, tanto de nosotros mismos como de la relación que mantenemos con el entorno, no es otra cosa que la construcción de un relato o un conjunto de relatos.

Bateson ya expresó este punto de vista a lo largo de toda su obra, y principalmente en la titulada Mind and nature. Ya en las primeras señala: «Yo consideraría a un individuo A pertinente para un individuo B, si tanto A como B son partes o componentes del mismo «relato»» (Bateson 1979).

En el mismo texto, Bateson añade que este o estos relatos, aunque sólo sean fruto de nuestra mente, nos parecen tan evidentes e irrefutables, que escapan como tales a nuestra atención consciente.

La verificación constante de esta proposición en el trabajo clínico me ha llevado a designar estos relatos, tan aleatorios y necesarios a la vez, con el nombre de «absolutos relacionales» en varias publicaciones. Son absolutos por el hecho de que a la vez explican y condicionan una relación, pero también porque escapan en gran medida a nuestra atención consciente y a nuestra reflexión crítica. Son nuestra verdad, pues no conocemos otra (Caillé 1995, 1999, 2001, Caillé & Rey, 1998).

Para tomar conciencia de la necesidad y el poder de este absoluto relacional que podríamos considerar más «sup erconsciente» que inconsciente, meditaremos…

Desarrollo de una conferencia pronunciada en el marco de la jornada de estudios «Faut-il toujours mettre des mots?», organizada por el Institut d’Etudes Systémiques en París el 5 de octubre de 2001.

El Dr. Caillé es Psiquiatra, formador y terapeuta de sistémica.

(Lea el texto completo en Perspectivas Sistémicas Nº 90 en kioscos, librerías o por suscripción).

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