Ecología de las ideas. Pensando ideas.

¿A qué aludimos con el nombre de esta sección? ¿Acaso no es obvio que las ideas son para ser pensadas? He aquí una buena oportunidad para comenzar a pensar: ¿qué son las ideas?, ¿qué es pensar?, ¿cuáles son las ideas que nos proponemos pensar? Y además: ¿cuáles son los límites entre las ideas?, ¿qué es lo que limita a las disciplinas, a los campos del conocimiento entre sí?

La información como «diferencia»

G. Bateson, quien tenía particular capacidad para precisar ciertas nociones de un modo ajustado y a la vez hermoso, definió a la información como «una diferencia que hace una diferencia»1.

a) ¿Qué significa esto? Cuando decimos «ventana», no es la ventana en sí misma la que es distinguida, sino que es distinguida por un límite donde deja de ser ventana y se transforma en «pared». Es la relación ventana-pared, o la diferencia ventana-pared lo que constituye información. Entonces, la información es una diferencia porque es siempre una distinción, un borde, un contorno trazable por un observador.

b) Esa diferencia que puede ser trazada por un observador hace una diferencia en quien recibe la información. algo en la práctica del receptor cambia por el hecho de recibir esa información. La mínima unidad de información es una «idea»2. Y toda idea generaría en el receptor de la misma, otra idea. Desde este punto de vista, quedan cuestionadas las ortodoxias. Estas incluyen la visión de las ideas como elementos que deben ser transmitidos en forma pura e «incontaminada». Implica, a la vez, entender la comunicación como «algo» que pasa de un organismo a otro y a la información como la «sustancia», que es transmitida, lo que remite a la acción mecánica realizada por una fila de albañiles pasándose ladrillos unos a otros.

No es ésta la visión de la información que surge en la sist. cibernética. Las ideas son para ser pensadas, para producir otras ideas en un proceso evolutivo continuo. Quizás este modo de conceptuar las ideas, facilita la evolución de nuestras prácticas y nos proteja de las ortodoxias, que podrían ser entendidas como una patología de la evolución de una disciplina.

Pensamiento vivo versus dogma

Pero, sin embargo, las ortodoxias surgen, y la sist. cibernética –como cualquier disciplina –, no está exenta de caer en ellas. Cabe entonces preguntar cómo surgen las disciplinas… y cómo las ortodoxias.

Las disciplinas aparecen como un conjunto de prácticas abocadas al pensamiento de ciertas ideas. No brotan por voluntarismo como si se tratara de fundar un buen día una ciudad, delimitando un terreno y llevando a los hechos los planos de urbanización. Con el tiempo, esas prácticas adquieren cierta regularidad y coherencia, generando un espacio identificable con un nombre y traza un perfil determinado, distinguiéndose de otros espacios. Llega un momento en que se piensa sobre las prácticas mismas, sus límites; se intenta ahondar la identidad y delimitar la disciplina. Es también el momento oportuno para las ortodoxias: ciertas ideas básicas son puestas en el «freezer» y se transforman en la bandera de la nueva disciplina.

Intentaremos contribuir a la construcción del caso de nuestra disciplina –en tanto sistema ecológico de ideas y de prácticas– dándole identidad y manteniendo a la vez suficiente elasticidad como para impedir que las ortodoxias esclerosen la evolución de la misma. Para ello, trabajaremos ideas de múltiples disciplinas que pueden hacer una diferencia en la sistémica, y en particular en el campo de la psicoterapia. Esto implica cuidarse tanto del rechazo excesivo a una fuente de diferencias potenciales de la cual seleccionar nuevos elementos, como de aplicar los conceptos surgidos en otros campos de práctica, en forma automática.

Involucrar al observador

Contrariaremos el clásico principio de objetividad científica, según el cual el observador no debe participar de sus observaciones. Incluiremos en la trama de la presentación al observador, su historia, sus sentimientos: su así llamada «subjetividad».

Y ello con el propósito de trascender un doble hiato: el que separa a las disciplinas como compartimentos estancos –cuidando siempre la diferencia de aplicación de conceptos pertenecientes a otras prácticas– y el que separa al observador de su observación 3.

Como psicoterapeutas, vivimos cotidianamente el desafío de hacer conmensurables el mundo de las nociones científicas con el mundo de la emoción, y en este sentido, este modo de pensar las ideas, está en relación con esa experiencia cotidiana.

De acuerdo con lo expuesto, presentaremos con frecuencia conversaciones, diálogos, adquiriendo las nociones científicas una encarnadura muy firme, en un entramado de historia personal y pensamiento.

Bibliografía

1 – Bateson.

2 – Bateson.

3 – Huxley.

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