Editorial de Perspectivas Sistémicas Número 60

«Acá estamos»

«El YK 2 pasó. No estallaron los circuitos cibernéticos. Acá estamos. ¿Y ahora qué hacemos?.»

«Los pensamientos son una especie de podadora con la cual cada uno de nosotros le corta la palabra al otro».

Jules Renard

Como muchos sospechábamos(1), los días posteriores al del 31 de Diciembre de 1999 nos devolvieron al mismo mundo en el que vivíamos anteriormente. Los individuos, las parejas y las familias nos encontramos nuevamente con nosotros mismos y – parafraseando al filósofo español, Ortega y Gasset – con nuestras conocidas circunstancias de siempre. Desde ya, si vale la aclaración, los terapeutas sistémicos no constituimos una excepción al respecto. Por lo tanto, seguiremos ocupándonos de los temas que nos competían y nos siguen competiendo. Eso sí, el pánico generado por el posible Apocalipsis que habría causado el colapso de las computadoras y del sistema de red que las interconecta, nos hace pensar en ciertas cosas. Una de ellas por ejemplo, es la constatación que tecnología de avanzada mediante, estamos cada día más enredados, somos cada vez más accesibles al contacto, al encuentro, al intercambio, a la comunicación con los demás, particularmente por medio de aparatos y máquinas cuya sofisticación e inmediatez no deja de asombrarnos. Otra, contracara de lo anterior, es que por medio de esos mismos endemoniados aparatitos (me refiero naturalmente a los celulares, cada vez más pequeños), se nos localiza, se accede a nosotros en los momentos más inesperados y en los lugares más insólitos, llámese en plena sesión de psicoterapia, en el baño, en el cine, en pleno concierto, en la playa o donde a vos lector/a, se te ocurra. Siempre parece más importante lo que ocurre (o el mensaje que nos puede llegar) a través de la línea que lo que sucede en el aquí y ahora en presencia nuestra. Hay personas que gracias al chateo socializan, conocen gente, combaten el aislamiento. También hay gente que se vuelve «adicta» que se escapa de su vida y de sus vínculos reales y se encierra en el mundo virtual del chateo. Mundo que puede convertirse en contacto real en cualquier momento, como de hecho así ocurre en muchos casos. ¿Conclusiones? En principio, ninguna. Lo estamos viviendo, lo estamos experimentado. A lo sumo reconozcamos que la complejidad como concepto es el marco que mejor explica nuestra época y la comunicación la actividad preponderante y por medio de la cual nos comprendemos y nos mal interpretamos; nos acercamos y nos rechazamos; la cual nos enferma y nos sana; nos confunde y nos ilumina; nos procura placer o gastritis; nos genera la peor angustia o la más profunda paz. Lo uno y lo otro en mayor o menor medida, de acuerdo a como lidiamos con nuestra ecología mental- relacional; del manejo que tengamos de nuestros puntos ciegos y de nuestra bendita inteligencia emocional; y por último y no por ello menos importante, del vacío o de la plenitud espiritual que hayamos acumulado a lo largo de nuestra vida.

En otro orden de cosas, desde Perspectivas Sistémicas, seguiremos llamando la atención sobre cuestiones cruciales que no por nada han sido escamoteadas o tergiversadas, por ejemplo la paternidad en general y la presencia o ausencia del padre en particular relacionada con gravísimos males de nuestros días y la posibilidad concreta de comenzar a solucionarlos de una buena vez, asumiendo la importancia de datos e investigaciones aportadas por científicos de primera línea y apoyadas y difundidas planetariamente por personalidades y gobiernos nacionales de los países desarrollados. En este sentido, es fundamental evitar pertenecer, en ésta o en otras cuestiones vitales, a la multitud de los que siempre van dejando lo más importante para después.

También me complazco en aprovechar la cordial invitación de nuestros colegas de Mosaico(2) que nos permitió a mis colegas Marcelo Ceberio, Jorge Moreno y a quién esto escribe, esbozar algunas ideas sobre el tema de la formación y del estilo del terapeuta sistémico y de esta manera, reproducir esta nota publicada en España y compartirla contigo lector/a, tanto si te encontrás en tus comienzos como si llevás años formando terapeutas e interrogándote sobre tan delicado y trascendente tema. 

Finalmente, el matrimonio Lebensohn, ambos prestigiosos formadores de terapia familiar, nos transmiten su inteligente admiración por las ideas de vanguardia de la recientemente fallecida, Mara Selvini Palazzoli, rescatando por otra parte, aspectos menos conocidos y algunas «perlas» extraídas de charlas inéditas con la maestra italiana.

Me despido de vos lector/a con el respeto y el cariño de siempre, instándote a la cohesión, a la responsabilidad colectiva, a la unión de todos aquellos que nos preocupamos, nos ocupamos y nos apasionamos por el fenómeno de las familias, de las parejas y de los individuos entramados en sus micro y macrocontextos, desde la amplia y tolerante mirada del paradigma sistémico – constructivista. No nos «podemos» (aludiendo a la cita de Jules Renard), cuidemos, embellezcamos y agrandemos juntos el jardín que compartimos.

Hasta la próxima,

Claudio Des Champs 

En alusión al editorial anterior «Más Allá del Nuevo Milenio»

Revista de la Federación Española de Terapia Familiar

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