Soluciones
«- La solución «práctica» de una crisis, es hincarse a rezar para que los ángeles bajen del cielo y salven la situación.. La solución «milagrosa», es que los implicados en la crisis se reúnan y resuelvan el problema hablando.
-¿Y en la Argentina?
-Como en la broma, la solución «milagrosa» es que los argentinos hablen entre sí y avancen.
-¿Y la solución «práctica» sería…?
– Que alguien de más arriba encuentre la respuesta: el FMI o un líder fuerte.»
Adam Kahane, La Nación, 5/ 5/ 02
La solución «práctica» de la cita se conecta con el editorial anterior (1), con la necesidad de reformular la realidad, de elaborar un relato novedoso sobre nuestra historia para así, transformarla. Como afirma la socióloga E. Jelin, «…En este contexto, el pensamiento coyuntural actúa como un corralito, limitando las posibilidades. El desafío, continúa Jelin, sería salir de este encierro y pensar con otra temporalidad. En el momento actual argentino ( y en cualquier crisis, agregaría yo), incorporar el pasado y el futuro no sería un lujo reflexivo sino una ampliación del horizonte». La cuestión, como lo aprendimos los terapeutas sistémicos, sería como, con qué lenguaje, describir el presente, de qué manera incorporar el pasado y construir ese futuro, esa posibilidad de crear la esperanza de una mejor calidad de vida. Si el pasado fuera una melancólica búsqueda de la bonanza perdida o un despiadada descripción de nuestros inveterados defectos de poco serviría aventurarse en él. Si el presente fuera relatado sólo con dolor, desolación y pesadumbre tampoco aportaría mucho. El futuro como expectativa catastrófica no mejorará el ataque de pánico colectivo. Solo desde el presente podemos corregir errores y generar cambios evolutivos. Tal vez desde el dolor actual estemos aprendiendo a ser mejores, más solidarios, más unidos, más organizados. Más confiables los unos para con los otros. El autor de la cita inicial, experto en la construcción de escenarios viables de solución de conflictos sociales, en contextos complejos como Sudáfrica durante el apartheid por ejemplo, cuenta la decisiva influencia, la historia escondida del cambio sudafricano: la enorme participación de los niveles medios en las decisiones importantes. Un modelo de inclusión de todas las voces en la gestión y en el control de gestión. Un modelo participativo que se aprecia en los incipientes nodos locales, en las múltiples asociaciones y en el importante papel que cumplen las organizaciones no gubernamentales. Una oportunidad entonces, de ser mejores, sometiéndonos únicamente a las normas, a la Ley ( y no a los «Iluminados» de siempre, locales o extranjeros, que poco interés tienen por nuestro bienestar), para ser libres. Actuando para el bien común como ya lo hacen millones de argentinos que cuidando lo colectivo, se cuidan a sí mismos. Kahane, alude también a una metáfora guía que utilizaron en Sudáfrica: el vuelo de los flamencos, porque vuelan juntos. Nosotros podríamos inspirarnos en la vida comunitaria de las ballenas australes porque siempre nadan juntas. O en los pingüinos; o en aves autóctonas porque saben caminar, nadar y volar juntos.
Desde Perspectivas, te acercamos hoy querido/a lector/ a, en nuestro décimo quinto aniversario, un fino y original análisis de la historia, del presente y de un posible derrotero de la terapia familiar, escrito por el Dr. Juan Linares, recientemente publicado en el Family Process. Y del mismo autor, asiduo visitante y en contacto permanente con nuestra realidad, un cálido, respetuoso y lúcido mensaje para nosotros, argentinos en crisis. También te proponemos, una profunda reflexión teórica y clínica sobre los nuevos padres en oposición al modelo del padre autoritario arcaico; y sobre el varón y la mujer contemporáneo/ as, por el prestigioso Matteo Selvini.
Por lo tanto seguimos. Con el ánimo de aportar. Como lo hacés vos cotidianamente, querido/ a lector/a. Teniendo en cuenta que lo único permanente es…el cambio: ciclos vitales familiares y ciclos histórico- sociales se suceden. Esto va pasar. Aprendamos a estar y a actuar juntos, de allí nace, crece y se desarrolla el gran árbol de la esperanza.
Conservemos la indignación moral y preservemos el sistema democrático que supimos conseguir. Incorporemos, en todo caso, nuevos y mejores hábitos cívicos.
Hasta la próxima,
Claudio Des Champs
Notas
(1) «De la Fantasía a la Reconstrucción«, Perspectivas Sistémicas n º 70.