«El Otro y nosotros en la Clínica y mas allá de Ella»
«El amor se produce cuando en nuestra vida en interacciones con otros seres, el otro, no importa quien o que sea pueda ser, surge como otro legítimo en coexistencia con nosotros»
Humberto Maturana
«En el amplio campo de la investigación en psicoterapia, uno de los indicadores del proceso terapéutico que ha resultado más eficaz para predecir el resultado es la alianza terapéutica (Horvath & Symonds, 1991). Por un lado, la alianza es un predictor significativo del éxito terapéutico a través de orientaciones teóricas (Bachelor, 1991). Y por otro lado, se ha demostrado que las percepciones de los clientes sobre la alianza terapéutica en las primeras fases del tratamiento (evaluadas mediante autoinformes), predicen el resultado probable en un período de semanas o meses (Horvath &Symonds, 1991)».
La cita corresponde a un artículo1 que se refiere a la alianza terapéutica en el contexto de la terapia familiar sistémica y desarrolla un instrumento para la medición de dicha alianza, aporta, en mi opinión, un nuevo y poderoso argumento a favor de uno o tal vez del más importante, de los factores considerados como decisivos en una psicoterapia, más allá de los modelos o escuelas terapéuticas: el vínculo entre el terapeuta y el o los consultantes. En nuestro trabajo psicoterapéutico cotidiano, en ámbitos institucionales u organizativos, comprobamos cada día la importancia de las variables que se refieren a la relación con las personas que atendemos. Existen numerosas investigaciones al respecto y simplemente compartiendo esta cuestión con colegas de cierta experiencia y sin desmerecer los avances y aportes del amplio abanico de herramientas técnicas (que por supuesto están al servicio de este vínculo, de esta relación), existe un consenso general sobre la importancia decisiva de la alianza o sea de la característica del vínculo, rapport y/ o empatía entre el terapeuta y los pacientes o clientes. Contar con un instrumento de medición de esta cuestión me parece una muy valiosa contribución. Los artículos de este número de Perspectivas Sistémicas, querido/a lector/a, proponen, precisamente, una manera distinta de abordar al sistema consultante, de construir la relación terapéutica —la alianza—, comenzando por la presentación de Liliana Perrone, que desarrolla el desafío del encuentro con las distintas versiones de los mismos hechos y más aún, cómo lidiar con los relatos encontrados o francamente antagónicos de las personas que nos consultan en un contexto terapéutico o de mediación. En el mismo agregamos citas de un debate publicado en la revista Sistemas Familiares sobre las posturas narrativas y la discusión sobre los alcances del campo de la terapia familiar.
El relato de Héctor Label sobre la experiencia transformadora de Jorge Pellegrini en el hospital psiquiátrico de San Luis, reflexiona sobre la posibilidad de compartir el propósito de la terapia del paciente identificado, no solamente con la familia sino también y especialmente, con la comunidad. Esto genera un cambio perceptivo fundamental en la manera de pensar, sentir y actuar en relación a la salud mental.
Por último, Jorge Fernández Moya desarrolla un exhaustivo método de abordaje del duelo, de como tratar técnica, conceptual y emocionalmente la consulta por el fallecimiento de un ser querido. Su aporte incluye un testimonio personal que como todo el artículo, nos conecta con una parte fundamental de nuestro ciclo vital, el sentimiento de finitud, tanto de los seres que amamos o simplemente de aquellos que se relacionan con nosotros, como con la fugacidad de nuestra propia existencia, acotada a un lapso más o menos extenso.
También presentamos una nutrida sección bibliográfica para compartir con vos lector/a en estas páginas y en el espacio permanentemente actualizado de nuestro sitio Web (www.redsistemica.com.ar), las novedades y las más variadas contribuciones de nuestra especialidad e incluso, más allá de ella.
Creemos (y apostemos a ello) una alianza inteligente, conectada emocionalmente y con objetivos comunes entre nosotros, como lo hacemos en los procesos terapéuticos o de mediación exitosos. Cuanto sufrimiento y gasto de energía podrían ser evitados por esta simple (o no tanto), acción relacional: reconocer la creencia del otro, confirmarlo en su punto de vista para luego definir el propio y comenzar el diálogo en el clima interactivo adecuado que, de este modo, nos conducirá a la tan necesaria y esperanzadora co- evolución.
Hasta la próxima lector,
Claudio Deschamps
1 El Sistema de observación de la alianza terapéutica en intervención familiar, de V. Escudero (U. de la Coruña, España) y M. Friedlander (State U. de New York), revista Mosaico, febrero del 2003.