Resiliencia: «Mi voz irá contigo»
«Había terminado mis estudios secundarios.
M. Erickson
En mi lecho de enfermo escuché a tres médicos que le decían a mi mamá
«Mañana por la mañana, su hijo habrá muerto».
Milton Erickson, una de los más grandes psicoterapeutas de la historia, cuenta esta anécdota de cuando sufrió un grave ataque de polio, a propósito del cual los médicos diagnosticaron su muerte inminente. Como todos saben, Erickson murió mucho tiempo después, a los setenta y nueve años, no solamente sobreviviendo a dicho padecimiento, sino también superando muchas otras deficiencias físicas crónicas y sobre todo, dejándonos una legado clínico invalorable que abrió la senda de la psicoterapia de nuestros días, iniciando el camino de intervenciones más breves y efectivas, centradas en los recursos, en las fortalezas de los consultantes, anticipándose a lo que muchos psicoterapeutas e investigadores han comenzado a llamar, hace algunos años, el trabajo sobre los aspectos resilientes de los seres humanos.
El Dr. Aldo Melillo nos presenta el pensamiento del Dr. Boris Cyrulnik, psiquiatra y etólogo francés, quién se ocupa precisamente de este tema afirmando por ejemplo que: «La felicidad existe ánicamente en la representación mental, por lo tanto es siempre fruto de la elaboración. Es algo a trabajar. Y ella se construye en el encuentro con el otro».
Su pensamiento y su práctica se oponen a las falsas evidencias de la psiquiatría y de la psicología y propone volver al sentido comán. Y a las estadísticas: una infancia infeliz no conduce necesariamente a toda una vida infeliz; una infancia feliz no lleva necesariamente siempre a un desarrollo saludable. Y desafiando el pensamiento convencional, al más puro estilo ericksoniano, afirma: «Esto nos lleva a una estrategia de la existencia totalmente diferente. Cuando uno es psicoterapeuta, la cuestión no será entonces transmitirles a quienes nos visitan que si están heridos están acabados sino más bien formular la pregunta: — øQué va a hacer usted con sus heridas?—. La visión profesional es por definición sesgada puesto que en nuestros consultorios, sólo vemos a la gente herida que no tuvo la suerte de poner en marcha los mecanismos de resiliencia, y para quienes la psicoterapia constituye un modo de defensa contra la agresión. Felizmente, no es el caso de todo el mundo.
Con una concepción similar, desafiando esteriotipos, la Lic. Isabel Boschi, reconocida terapeuta familiar y experta en el tratamiento de ofensores sexuales y sus familias, desarrolla, en su artículo, una visión y un abordaje que aána la ética a la eficacia en el trato con personas que habitualmente son rechazadas por la sociedad. Aplica y recrea el concepto de resiliencia expresando al respecto lo siguiente: «La ética propone reemplazar los contextos agresivos por contextos flexibles que incluyan los intereses de todos con el menor daño posible… Cuando el ofensor tome conciencia de su ofensa ante los otros, apoyado por el terapeuta, parientes y amigos, tal vez funde una nueva ética, o, por lo menos, decida qué nuevos valores compartirá con su entorno. La familia que aprende a sostener a este miembro trasgresor favorece su cambio axiológico y conductual».
El Dr. Marcelo Ceberio cierra el námero con la minuciosa descripción «del mundo de los miedos»: los trastornos de pánico y las fobias, tan frecuentes en nuestros días, desafiando nuestra resiliencia cotidiana. Propone una prolija metodología de trabajo, apoyada en un conocimiento cabal de esta problemática, explicando los secretos de la aplicación de la eficaz técnica de las prescripciones paradojales.
O sea que una vez, más presentamos con orgullo, los frutos de ideas seminales de la teoría y de la práctica psicoterapéutica sistémica, renovada con nuevos aportes como la resiliencia que retoman y amplían conceptos fundacionales de nuestro abordaje.
Hasta la próxima querido lector/ a,
Claudio Des Champs
* «Mi Voz Irá Contigo» es el título de un conocido libro de Sydney Rosen sobre el trabajo de Milton Erickson.